Ecologistas pidieron un mayor control del Estado ante la bajante extrema que registra el río Paraná, y advirtieron que, pese a esa situación y a la vigencia de la cuarentena por el coronavirus, «continúa la presión de la pesca y depredaciones».
«En estas situaciones de bajantes extremas es cuando más necesitamos del control del Estado, porque la fauna nativa e ictícola no se reproduce como cuando tenemos niveles normales. Si le sumamos la depredación, es un cóctel mortal», afirmó Pablo Cantador, referente de la organización ´El Paraná No Se Toca´.
A través de las redes sociales, este grupo de «autoconvocados por amor al río», como se definen, reclamó «controles efectivos, no para quienes pescan para alimentarse, sino para evitar la depredación en la actual frágil condición», y garantizar también que «la cuarentena sea para todos y no excepcionen a quienes depredan los humedales».
Desde el 10 de agosto del 2019 «el río Paraná está por debajo de su altura promedio de 2, 8 metros, y hoy se encuentra con tendencia a la baja, igual que en toda la cuenca», precisó Cantador.
En este sentido, indicó que «la bajante también tiene un alto impacto en la fauna del humedal, la cual está perfectamente adaptada a los ambientes acuáticos».
«En estos momentos, la mayoría de las pequeñas lagunas se secaron y solo quedan con muy poco agua las más grandes», explicó, al tiempo que afirmó que «esto hace que la fauna silvestre se traslade a los cursos principales, quedando expuesta a la caza furtiva que no para ni en cuarentena, especialmente de carpinchos, cuya caza está prohibida en las islas de Victoria».
«Los coipos, nutrias y tortugas entre otros, están en los pocos espacios donde encuentran agua islas adentro», sostuvo Cantador, quien dio cuenta de que, en esta situación, también se observa la presencia de «más yacarés» que, «en la mayoría de los reportes recibidos, terminaron muertos».
Además, enumeró una serie de datos preocupantes para el medio ambiente en toda la región: «Pasamos el marzo más cálido de los últimos 60 años, y las Cataratas (del Iguazú) tiene el caudal más bajo de los últimos 15 años», precisó.
«Hace unos meses el Amazonas sufrió un récord de hectáreas arrasadas por incendios; el sur de Brasil está sufriendo una gran sequía; Chile sufre grandes incendios, y en nuestra zona el Paraná registra una extrema bajante», indicó.
En tanto, en su página en Facebook, la organización ´El Paraná No Se Toca´ sostuvo que «la cuarentena debería colaborar con esta situación pero lejos de ello, vemos cazadores furtivos, pesca descontrolada, columnas de humo en el horizonte, y máquinas terraplenando el humedal».
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